Reflexiones a propósito de la muerte de Osama Bin Laden

Noam Chomsky

Noam Chomsky
Noam Chomsky
Tomado de GuernicaTraducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Cada vez es más evidente que la operación fue un asesinato planificado, violando de manera múltiple normas elementales del derecho internacional. No  que hicieran ningún intento de aprehender a la víctima desarmada, lo que presumiblemente podrían haber logrado 80 comandos que virtualmente no enfrentaban ninguna oposición, excepto, afirman, la de su esposa, que se lanzó hacia ellos.
En sociedades que profesan un cierto respecto por la ley, a los sospechos se les aprehende y se les conduce a un juicio justo. Subrayo “sospechosos”. En abril de 2002, el jefe del FBI, Robert Mueller, informó a la prensa de que después de la investigación más intensiva de la historia, el FBI solo podía decir que “creía” que la conspiración se tramó en Afganistán, aunque se implementó en los Emiratos Árabes Unidos y Alemania. Lo que solo creían en abril de 2002, obviamente no lo sabían 8 meses antes, cuando Washington desdeñó ofertas tentadoras de los talibanes (no sabemos cómo de serias porque se descartaron instantáneamente) de extraditar a Bin Laden si les presentaban alguna evidencia, la que, como pronto supimos, Washington no poseía. Por lo tanto Obama simplemente mintió cuando dijo en su declaración de la Casa Blanca, que “rápidamente supimos que los ataques del 11-S fueron realizados por al-Qaida”.
Desde entonces no han suministrado nada serio. Han hablado mucho de la “confesión” de Bin Laden, pero suena más bien como si yo confesara que gané el Maratón de Boston. Alardeó de algo que consideraba un gran logro.
También hay mucha discusión sobre la cólera de Washington porque Pakistán no entregó a Bin Laden, aunque seguramente elementos de las fuerzas militares y de seguridad estaban informados de su presencia en Abbottabad. Se habla menos de la cólera paquistaní porque EEUU invadió su territorio para realizar un asesinato político. El fervor antiestadounidense ya es muy fuerte en Pakistán, y estos eventos probablemente lo exacerbarán. La decisión de arrojar el cuerpo al mar ya provoca, previsiblemente, cólera y escepticismo en gran parte del mundo musulmán.
Podríamos preguntarnos cómo reaccionaríamos si unos comandos iraquíes aterrizaran en el complejo de George W. Bush, lo asesinaran, y lanzaran su cuerpo al Atlántico. Sin lugar a dudas sus crímenes excedieron en mucho los de Bin Laden, y no es un “sospechoso” sino indiscutiblemente el que “tomó las decisiones”, quien dio las órdenes de cometer el “supremo crimen internacional, que difiere solo de otros crímenes de guerra en que contiene en sí el mal acumulado del conjunto” (citando al Tribunal de Núremberg) por el cual se ahorcó a los criminales nazis: los cientos de miles de muertos, millones de refugiados, destrucción de gran parte del país, el encarnizado conflicto sectario que ahora se ha propagado al resto de la región.
Hay más que decir sobre [el terrorista que hizo volar el avión cubano, Orlando] Bosch, quien acaba de morir pacíficamente en Florida, incluida la referencia a la “doctrina Bush” de que las sociedades que albergan a los terroristas son tan culpables como los propios terroristas y hay que tratarlas de la manera correspondiente. Parece que nadie se dio cuenta de que Bush estaba llamado a la invasión y destrucción de EE.UU. y al asesinato de su criminal presidente.
Lo mismo pasa con el nombre: Operación Gerónimo. La mentalidad imperial está tan arraigada, en toda la sociedad occidental, que parece que nadie percibe que están glorificando a Bin Laden al identificarlo con la valerosa resistencia frente a los invasores genocidas. Es como bautizar nuestras armas asesinas según las víctimas de nuestros crímenes: Apache, Tomahawk… Es como si la Luftwaffe llamara sus aviones caza: “Judío” y “Gitano”.
Hay mucho más que decir, pero incluso los hechos más obvios y elementales deberían darnos mucho que pensar.
Noam Chomsky es profesor emérito del Departamento de Lingüística y Filosofía del MIT. Es autor de numerosas obras políticas. Sus últimos libros son una nueva edición de Power and Terror, The Essential Chomsky (editado por Anthony Arnove), una colección de sus escritos sobre política y sobre el lenguaje desde los años cincuenta hasta el presente, Gaza in Crisis, con Ilan Pappé, y Hopes and Prospects, también disponible en audio.

Atilio Boron

La muerte de Osama Bin Laden plantea innumerables interrogantes. A continuación, una reflexión sobre algunos de ellos. 
Un Nobel sin escrúpulos
Un signo más de los muchos que ilustran la profunda crisis moral de la “civilización occidental y cristiana” que Estados Unidos dice representar lo ofrece la noticia del asesinato de Osama Bin Laden. Más allá del rechazo que nos provocaba el personaje y sus métodos de lucha, la naturaleza de la operación llevada a cabo por los Seals de la Armada de los Estados Unidos es un acto de incalificable barbarie perpetrado bajo las órdenes directas de ... (clic en Más información) un personaje que con sus conductas cotidianas deshonra el galardón que le otorgara el parlamento noruego al consagrarlo como Premio Nobel de la Paz del año 2009. De acuerdo a lo establecido por Alfred Nobel en su testamento esta distinción, recordémoslo, debía ser adjudicada, “a la persona que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción de procesos de paz.” El energúmeno que anunció al pueblo estadounidense la muerte del líder de Al Qaeda diciendo que “se ha hecho justicia” es la antítesis perfecta de lo estipulado por Nobel. Un operativo comando es lo menos parecido al debido proceso, y arrojar los restos de su víctima al mar para ocultar las huellas de lo actuado es algo propio de mafiosos o genocidas. Lo menos que debería hacer el parlamento noruego es exigirle la devolución del premio.      En la truculenta operación escenificada en las afueras de Islamabad hay múltiples interrogantes que permanecen en las sombras, y la tendencia del gobierno de los Estados Unidos a desinformar a la opinión pública torna aún más sospechoso este operativo. Una Casa Blanca víctima de una enfermiza compulsión a mentir (recordar la historieta de las “armas de destrucción masiva” existentes en Irak, o el infame Informe Warren que sentenció que no hubo conspiración en el asesinato de Kennedy, obra del “lobo solitario” Lee Harvey Oswald ) nos obliga a tomar con pinzas cada una de sus afirmaciones. ¿Era Bin Laden o no? ¿Por qué no pensar que la víctima podría haber sido cualquier otro? ¿Dónde están las fotos, las pruebas de que el occiso era el buscado? Si se le practicó un ADN, ¿cómo se obtuvo, dónde están los resultados y quiénes fueron los testigos? ¿Por qué no se lo presentó ante la consideración pública, como se hiciera, sin ir más lejos, con los restos del Comandante Ernesto “Che” Guevara? Si, como se asegura, Osama se ocultaba en una mansión convertida en una verdadera fortaleza, ¿cómo es posible que en un combate que se extendió por espacio de cuarenta minutos los integrantes del comando norteamericano regresaran a su base sin recibir siquiera un rasguño? ¿Tan poca puntería tenían los defensores del fugitivo más buscado del mundo, de quien se decía que poseía un arsenal de mortíferas armas de última generación? ¿Quiénes estaban con él? Según la Casa Blanca el comando dio muerte a Bin Laden, a su hijo, a otros dos hombres de su custodia y a una mujer que, aseguran, fue ultimada al ser utilizada como un escudo humano por uno de los terroristas. También se dijo que otras dos personas más habían sido heridas en el combate. ¿Dónde están, qué se va a hacer con ellos? ¿Serán llevados a juicio, se les tomará declaraciones para arrojar luz sobre lo ocurrido, hablarán en una conferencia de prensa para narrar lo acontecido? Por lo que parece esta “hazaña” pasará a la historia como una operación mafiosa, al estilo de la matanza de San Valentín ordenada por Al Capone para liquidar a los capos de la banda rival.       Osama vivo era un peligro. Sabía (¿o sabe?) demasiado, y es razonable suponer que lo último que quería el gobierno estadounidense era llevarlo a juicio y dejarlo hablar. En tal caso se hubiera desatado un escándalo de enormes proporciones al revelar las conexiones con la CIA, los armamentos y el dinero suministrado por la Casa Blanca, las operaciones ilegales montadas por Washington, los oscuros negocios de su familia con el lobby petrolero norteamericano y, muy especialmente, con la familia Bush, entre otras nimiedades. En suma, un testigo al que había que acallar sí o sí, como Muammar Gadafi. El problema es que ya muerto Osama se convierte para los jihadistas islámicos en un mártir de la causa, y el deseo de venganza seguramente impulsará a las muchas células dormidas de Al Qaeda a perpetuar nuevas atrocidades para vengar la muerte de su líder.        No deja también de llamar la atención lo oportuna que ha sido la muerte de Bin Laden. Cuando el incendio de la reseca pradera del mundo árabe desestabiliza un área de crucial importancia para la estrategia de dominación imperial, la noticia del asesinato de Bin Ladenreinstala a Al Qaeda en el centro del escenario. Si hay algo que a estas alturas es una verdad incontrovertible es que esas revueltas no responden a ninguna motivación religiosa. Sus causas, sus sujetos y sus formas de lucha son eminentemente seculares y en ninguna de ellas -desde Túnez hasta Egipto, pasando por Libia, Bahreim, Yemen, Siria y Jordania- el protagonismo recayó sobre la Hermandad Musulmana o en Al Qaeda. El problema es el capitalismo y los devastadores efectos de las políticas neoliberales y los regímenes despóticos que aquél instaló en esos países y no las herejías de los “infieles” de Occidente. Pero el imperialismo norteamericano y sus secuaces en Europa se desvivieron, desde el principio, para hacer aparecer estas revueltas como  producto de la malicia del radicalismo islámico y Al Qaeda, cosa que no es cierta. Santiago Alba Rico observó con razón que en pleno auge de estas protestas seculares -anti- políticas de ajuste del FMI y el Banco Mundial- un grupo fundamentalista desconocido hasta entonces asesinó al cooperante italiano Vittorio Arrigoni, activista del Movimiento de Solidaridad Internacional, en una casa abandonada en la Franja de Gaza. Pocas semanas después un terrorista suicida hace estallar una bomba en la plaza Yemaa el Fna, uno de los destinos turísticos más notables no sólo de Marruecos sino de toda África y mata al menos a 14 personas. “Ahora –continúa Alba Rico- reaparece Bin Laden, no vivo y amenazador, sino en toda la gloria de un martirio aplazado, estudiado, cuidadosamente escenificado, un poco inverosímil. ‘Se ha hecho justicia’, dice Obama, pero la justicia reclama tribunales y jueces, procedimientos sumariales, una sentencia independiente.” Nada de eso ha ocurrido, ni ocurrirá. Pero el fundamentalismo islámico, ausente como protagonista de las grandes movilizaciones del mundo árabe, aparece ahora en la primera plana de todos los diarios del mundo y su líder como un mártir del Islam asesinado a sangre fría por la soldadesca del líder de Occidente. La Casa Blanca, que sabía desde mediados de Febrero de este año que en esa fortaleza en las afueras de Islamabad se refugiaba Bin Laden, esperó el momento oportuno para lanzar su ataque con vistas a posicionar favorablemente a Barack Obama en la inminente campaña electoral por la sucesión presidencial.        Hay un detalle para nada anecdótico que torna aún más inmoral a la bravata norteamericana: pocas horas después de ser abatido, el cadáver del presunto Bin Laden fue arrojado al mar. La mentirosa declaración de la Casa Blanca dice que sus restos recibieron sepultura respetando las tradiciones y los ritos islámicos, pero no es así. Los ritos fúnebres del Islam establecen que se debe lavar el cadáver, vestirlo con una mortaja, proceder a una ceremonia religiosa que incluye oraciones y honras fúnebres para luego recién proceder al entierro del difunto. Además se especifica que el cadáver debe ser depositado directamente en la tierra, recostado sobre su lado derecho y con la cara dirigida hacia La Meca. ¿Con qué celeridad tuvieron que ser hechos el combate, la recuperación del cadáver, su identificación, la obtención del ADN, el traslado a un navío de la Armada estadounidense, situado a poco más de 600 kilómetros del suburbio de Islamabad donde se produjo el enfrentamiento y finalmente, navegar hasta el punto donde el cadáver fue arrojado al mar como para respetar los ritos fúnebres del islam? En realidad, lo que se hizo fue abatir y “desaparecer” a una persona, presuntamente Bin Laden, siguiendo una práctica siniestra utilizada sobre todo por la dictadura genocida que asoló a la Argentina entre 1976 y 1983. Acto inmoral que no sólo ofende las creencias musulmanas sino a una milenaria tradición cultural de Occidente, anterior inclusive al cristianismo. Como lo atestigua magistralmente Sófocles en Antígona, privar a un difunto de su sepultura enciende las más enconadas pasiones. Esas que hoy deben estar incendiando a las células del fundamentalismo islámico, deseosas de escarmentar a los infieles que ultrajaron el cuerpo y la memoria de su líder. Barack Obama acaba de decir que después de la muerte de Osama Bin Laden el mundo es un lugar más seguro para vivir. Se equivoca de medio a medio. Probablemente su acción no hizo sino despertar a un monstruo que estaba dormido. El tiempo dirá si esto es así o no, pero sobran las razones para estar muy preocupados.

Lanzamos nuestro segundo certamen: PREMIO INTERNACIONAL «JUAN JOSÉ MANAUTA» para LIBROS de CUENTO ÉDITOS

La Biblioteca Alternativa Tilo Wenner, la Asociación de Teatro Metamorfosis de Paraná y el Área Articular de la Casa de la Cultura de Entre Ríos convocan a la primera edición del PREMIO INTERNACIONAL DE CUENTO «JUAN JOSÉ MANAUTA» para libros de cuento publicados.
(La Biblio Wenner provee un lugar para todos los materiales impresos y digitales –libros, revistas, boletines, CDs, DVDs– que son raros en algún sentido, de circulación restringida, por condicionamientos económicos, políticos, sociales… por su alto grado de especialización o por el motivo que sea. Espacio para lo difícil de encontrar, para lo distinto. No tenemos por objetivo ningún campo particular, hacemos un corte transversal, vamos al encuentro de lo que ocupa una posición marginal).
BASES
1) Con el doble propósito de, por un lado, distinguir a la edición de libros de cuento en castellano y, por otro lado, incrementar el patrimonio bibliográfico de cuatro bibliotecas y once escuelas de la provincia de Entre Ríos, en el mes de abril de 2011, se convoca a todos los escritores y editores interesados a participar del PREMIO INTERNACIONAL DE CUENTO «JUAN JOSÉ MANAUTA». El presente premio, cuyo nombre recuerda a uno de los más profundos narradores de la literatura argentina, cuenta con el patrocinio del Área Articular del gobierno entrerriano y establece para esta primera edición una recompensa consistente en:
1.a) una obra de arte inspirada en el libro ganador, cuya confección se encargará luego del fallo del jurado a una reconocida artista plástica; y
1.b) una suma en efectivo de 4.000 pesos (cuatro mil pesos, moneda argentina), o su equivalente en dólares si el autor ganador resultase ser no-argentino.
El premio se otorgará al mejor libro de cuento editado en papel que sea enviado al certamen y no podrá ser declarado desierto.
2) Se habilita a participar a todos los autores que así lo deseen, sin restricciones de sexo, edad, nacionalidad o residencia, con libros de cuento impresos en cualquier fecha y lugar, con o sin ISBN y sin límites de extensión, siempre y cuando envíen sus volúmenes impresos en castellano. Única restricción: No se aceptarán volúmenes sin encuadernar.
3) Cada escritor podrá enviar tantos títulos como desee. De cada título deben enviarse 5 (cinco) ejemplares. La totalidad de los ejemplares recibidos, una vez concluido el concurso, será donada a cuatro bibliotecas de la provincia de Entre Ríos, a saber: Biblioteca Popular Dr. Cirilo Agustín Gómez, de Gilbert; Biblioteca Popular Carlos Mastronardi, de Gualeguay; Biblioteca de la Casa de la Cultura y Biblioteca Alternativa Tilo Wenner, ambas de Paraná; y a once escuelas de personal único (7 escuelas-rancho y 4 escuelas-balsa) de la sección Islas del departamento Victoria, a saber: Escuela Nº 3 Manuel Savio, Nº 24 P.G. Spiazzi, Nº 26 Leandro Além, Nº 37 José de San Martín, Nº 40 El Tempe Argentino, Nº 41 Ángel Piaggio, Nº 42 Alejo Peyret, Nº 45 M.J. Thompson, Nº 46 P. Argentina, Nº 48 Marcos Sastre y Nº 61 Francisco Ramírez.
4) El Premio «JUAN JOSÉ MANAUTA» se otorgará a un libro de autor individual. Sin embargo, se aceptarán antologías y otras publicaciones colectivas (de grupos, de talleres, etcétera). De hecho, se otorgará como mínimo:
4.a) un Diploma de Honor a libro(s) de más de un autor.
También se concederán Diplomas de Honor a:
4.b) mejor libro de cuento para niños;
4.c) mejor libro de cuento con ilustraciones;
4.d) libro de edición más original (para libros-objeto que se destaquen formal y conceptualmente);
4.e) mejor libro de microcuentos o microrrelatos.
El jurado tendrá la libertad de establecer otras distinciones, extendiéndose diplomas de honor por cada una de ellas.
5) No constituye obstáculo a la participación en este Premio que el/los libro/s aspirante/s se encuentre/n concursando en otro certamen ni que haya/n obtenido galardones de cualquier índole con anterioridad.
6) Plazo: la recepción de obras cierra el 11 de julio de 2011. Se tomará en cuenta la fecha del matasellos. Los envíos deben hacerse a:
“PREMIO JUAN JOSÉ MANAUTA,
Casa de la Cultura de Entre Ríos,
Enrique Carbó 194,
CP (3100), Paraná, Entre Ríos,
Argentina”.
Los organizadores no se responsabilizarán por las pérdidas o daños que pudiera sufrir el material remitido, aunque les apenaría mucho cualquier incidente de este orden. Por eso se recomienda (pero no es obligatorio) efectuar el despacho a través de correo certificado. Se acusará recibo de las obras mediante un mensaje de correo electrónico.
7) El jurado, que producirá su fallo antes del 21 de octubre de 2011, estará integrado por 3 escritores y expertos en literatura de la región y sus nombres se harán públicos una vez emitido el veredicto, que será inapelable.
8) Cada autor deberá adjuntar una hoja que contenga los siguientes ítems: nombre completo, dirección postal, dirección electrónica, teléfono, breve curriculum y firma. Respecto a los libros de varios autores, bastará con enumerar los mismos datos de al menos un autor, o del editor, quien fuera que enviase el libro. Los autores que envíen más de un libro deberán remitir sus datos sólo una vez.
9) La remisión de los libros a la dirección indicada implica la plena aceptación de las bases de este certamen y consiente automáticamente la donación de los ejemplares recibidos a las bibliotecas y escuelas mencionadas. Si un autor enviase menos de 5 ejemplares de un título, no se lo habilitará como contendiente al PREMIO INTERNACIONAL DE CUENTO «JUAN JOSÉ MANAUTA» y el conjunto de libros se repartirá lo más equitativamente posible entre las entidades beneficiadas. Las situaciones imprevistas que pudieran suscitarse se resolverán según el leal saber y entender de convocantes y jurados.
10) Más información en el sitio: http://biblioaltertilowenner.blogspot.com/. Por consultas, escribir a: BiblioWenner@Gmail.com.
11) Un breve video ilustrativo de la labor de los maestros isleños −cuyas escuelas recibirán parte de los volúmenes que arriben al certamen− puede verse en el siguiente enlace electrónico: http://www.diariovictoria.com.ar/2009/09/nelson-rothar-fue-elegido-%E2%80%9Cmaestro-entrerriano%E2%80%9D/.

Emiliano, Roa Bastos y Flores están a un paso del Panteón de los Héroes

Los restos de las tres ilustres personalidades de nuestra cultura podrían ser trasladados al Panteón.
El senador Orlando Fiorotto ANR propuso al pleno de la Cámara Alta el proyecto de ley que dispone el traslado de los restos del poeta popular Emiliano R Fernández al Panteón Nacional de los Héroes.
Según el legislador la iniciativa tiene el propósito de rendir un justo homenaje al cantor de las glorias épicas nacionales, destacó además la gran cantidad de composiciones musicales de Fernández, dedicadas a la patria, a las mujeres, a los pueblos, distritos y ciudades.
 fue un héroe civil, una figura emblemática, una persona que no solamente fue a la Guerra del Chaco, sino que herido volvió a Asunción a curar sus heridas y luego retornó al frente para luchar en defensa de la soberanía de la República del Paraguay”. Sostuvo Orlando Fiorotto. El proyecto será estudiado en la sesión ordinaria de la Cámara de Senadores.
Emiliano R Fernández. Fuente: ecosdelparaguay.com
Los restos del legendario Emilianore se encuentran en en la compañía Yvysunú, distrito de Guarambaré.
Misma moción en Diputados para  y 
El mismo día en la sesión de la Cámara Baja los diputadosVictor Ríos (PLRA) y Raúl Estigarribia (ANR) presentaron el proyecto de ley por el cual se trasladan los restos de  al Panteón de los Héroes. Oscar Tuma, diputado por el UNACE,  propuso por su parte  que los restos de  también descansen en el Panteón ubicado sobre la calle Palma.
“Entendemos que el escenario del , es un momento ideal para reivindicar a figuras extraordinarias de la civilidad, como lo fue José Asunción Flores, creador de la Guarania, la expresión más autentica de la identidad nacional, una figura cumbre de la música en el Paraguay”, manifestó el diputado Víctor Ríos.
De esta manera, los restos mortales de dos grandes personalidades de la cultura paraguaya, el músico  y el escritor  , están a un paso de ir al Panteón de los Héroes. Ahora el proyecto pasa a la Cámara de Senadores para el estudio correspondiente.
Ambos proyectos esperan la aprobación de las dos Cámaras del Congreso Nacional, luego pasará al Poder Ejecutivo que será el responsable de promulgar los mismos.