UNA COPRODUCCION ARGENTINO-PARAGUAYA DE LA NOVELA DE MEMPO GIARDINELLI
“La revolución en bicicleta”, al cine
Mempo Giardinelli es un escritor atípico. Publicó “La revolución en bicicleta” estando en México, pero salió en España. Luego vivió en Buenos Aires para retornar a su Resistencia natal. Ahora anuncia, con cuota de misterio, el rodaje de esa novela.
El escritor argentino ayer a la siesta durante el encuentro con ABC Color. Esta misma noche retorna a Resistencia.
Nos conocimos con Giardinelli a través de Juan Manuel Marcos en la Universidad de Oklahoma, Estados Unidos de Norteamérica, en 1986, en un simposio sobre Julio Cortázar. El argentino fue uno de los oradores centrales. La entrevista, por esas cosas de los tiempos, se realizó vía telefónica y en todo momento se pudo escuchar esa emoción hacia nuestro país. Debimos aguardar a que varios otros colegas terminaran primero con entrevistas ya marcadas. - ¿Cuánto creció o decreció "La revolución en bicicleta" en tu narrativa hoy? - Es mi primera novela publicada, marca de alguna manera un hito en mi propia producción, en mi vida como autor. Es un hito fundamental. Yo no sabía en aquel entonces que esta obra tendría en distintas lenguas, en distintos países, dentro de la misma literatura latinoamericana que se aprecia mucho y dentro de Paraguay, ni se diga, porque es mi novela más popular aquí. Así que claro mirarla ahora casi 40 años después, me es difícil mirarla. Yo la empecé a escribir en los años sesenta, setenta, más o menos. La verdad no tenía idea de la dimensión que podía adquirir. Hoy es una novela que ya la han leído varias generaciones y no sólo en el Paraguay, sino me da mucho placer cómo es leída en otras culturas. Mi vida como escritor ha seguido en otros carriles, yo he ido cambiando... - ¿Qué hay de cierto que el Capitán Bartolomé Araújo, en quien te basaste para escribir la novela, se había molestado contigo porque le inventaste una amante? - (Se ríe). Eso fue cierto. En un momento dado supe que estaba un poco contrariado. Tuve la fortuna de que hace unos 10 años una vez que vine al Paraguay para una feria del libro que organizó Pablo Burián, Bartolo vino a verme y estuvimos charlando muy amablemente. El ya era un hombre grande y ya entendió que lo que yo había hecho era una invención. - ¿No te quiso sacar el facón? - El me quería mucho. Con Bartolo teníamos una relación muy afectuosa porque mi vida estaba vinculada a él desde que yo era chiquito. Mi papá era amigo de él desde hace muchos años incluso el título de "La revolución en bicicleta" a mí me vino yo diría prefigurado porque cuando era chico mi papá hablaba de Bartolo como un hombre ejemplar. El siempre decía: "Ese es un hombre a imitar. Porque este es un revolucionario en serio, un hombre que ha dejado todo por sus convicciones, por sus ideales". Mi papá lo quería mucho y decía que era un ejemplo para toda América Latina porque era un hombre que había hecho una revolución en bicicleta. Y yo me crié en ese ambiente, en Resistencia había muchas familias paraguayas, muchos exiliados, venían prófugos, clandestinos. Yo los conocía a todos. Yo tenía una cierta familiaridad con don Bartolo. El siempre tuvo conmigo mucha confianza. Cuando él se enteró yo estaba en México, la novela salió en España, y claro los primeros comentarios se habrá fijado en que le inventé una amante. Inventé muchas cosas, porque la novela, como le expliqué a él, era una novela, no la historia de su vida ni la historia del Paraguay. Yo no soy historiador, no soy biógrafo. Yo soy novelista. Lo que hacemos es recrear, hacemos reinvenciones. Lo entendió. El último encuentro fue muyhermoso, me acuerdo que era en un patio, no me acuerdo dónde quedaba, en una avenida, en una especie de librería abierta, organizado por Burián de la feria del libro. No sé si Pablo lo había invitado o vino él solo. Yo todavía lo cargué, pues le dije que me dijeron que andaba medio fulero conmigo y me respondió que ya entendió. El estaba muy orgulloso porque ya había caído (Alfredo) Stroessner y había podido volver a Paraguay y se encontraba con que muchísima gente conocía a él y su gesta revolucionaria gracias a la novela. - ¿Nunca se llevó al cine? - No todavía. - ¿Hay planes?. - Hay planes. - Se puede saber algo más... - Y hasta ahora no. Vamos a dejar ahí. - De Argentina y de Paraguay. - De Argentina y de Paraguay. - Binacional. - Puede ser. El problema de esta novela es que requiere una producción grande. Ahí va a tener que intervenir tanto el Estado Argentino como el Paraguayo, porque necesita mucho apoyo. - De actor no necesitan un pelirrojo, por ejemplo. - No sé. No te sabría decir... No nos repartimos nada. Del lado argentino vamos a poder conseguir los apoyos, ahora del lado paraguayo hace falta... Ojalá el presidente (Fernando) Lugo y su gente hayan leído esta novela y quieran que quede en la historiografía y la cinematografía paraguaya esta novela. De mi parte van a tener toda la mayor contribución generosa. Para mí es muy importante que esta novela se pueda filmar, creo que el proyecto hasta lo que se ha conversado pinta bien, es algo serio, pero vamos a dejarlo ahí nomás. - Escribís vos el guión. - Vamos a trabajar un pequeño equipo. - ¿Podés tirar algún nombre? - No. El único que se conoce es el mío. - Qué pensás hoy cuando en la Plaza Uruguaya y en El Lector viene la policía e incauta los ejemplares de "La revolución en bicicleta". - Eso me dijeron que pasó hace años. En realidad como siempre pasa con las dictaduras y los censores, cuando prohiben una obra, lo que hacen es hacerle una enorme propaganda a la obra, porque a lo mejor mi novela no hubiera tenido la trascendencia o el reconocimiento que tuvo si no hubieran hecho esa acción torpe. Creo que metieron a uno o dos libreros presos, una cosa ridícula, pero bueno, por suerte ya estamos en democracia. Ya eso pertenece a la noche de los tiempos y hoy se puede leer. Lo que más me alegra es que muchos chicos y chicas paraguayos, las nuevas, las jóvenes generaciones están leyendo esta novela. Anoche (por el martes) me pasó algo muy hermoso, en la librería Fausto Cultural, había muchos chicos jóvenes, que traían su librito. Hay una edición muy barata, creo que es española o argentina, de esas pocket, muy barato, tenían y me encantó. Porque firmé varios. Y preguntaban. Eran las nuevas generaciones. Era maravilloso. -¿Podés comentar algo de "Soñario"? - "Soñario" es un libro que yo espero que a ver, que sea bien recibido en Paraguay y en Argentina. Ha tenido muy buena crítica, porque es un libro inesperado. Es un libro, creo que es la palabra que le cabe, inesperado, un libro raro, bastante dífícil de clasificar... - Es bastante fresquito... -Sí. Sí. Salió hace 4 meses. En la editorial Edasa, en Buenos Aires. Es un libro que no es una novela. No son cuentos. No es poesía. Son sueños. Pero en los sueños participan todos los géneros literarios. Y el sueño como la narración de un sueño, como la evocación de un sueño, como propuesta literaria me parece que está funcionando bien. Bueno, yo espero que esto sea aceptado alguna vez como un género literario. Un libro raro, original, creo yo es un libro simpático para leer. A mí me gusta comprobar que los lectores, las lectoras de este libro, lo pasan bien y me lo dicen. Y esto es muy hermoso. - Me dijero que en Fausto que te definís como un auténtico repatriado, porque estás de nuevo en Resistencia. - No me defino, pero es eso lo que sucedió. En realidad yo volví a Resistencia hace muchos años ya. Volví en los noventa, mi primera repatriación fue de México a la Argentina con la democracia, vivía algunos años en Buenos Aires y a principios de los noventa, 93 o 94 más o menos, empecé a moverme hasta Resistencia, quería volver a mi tierra y ahí me siento bien. Como decimos nosotros, "estoy hallado", porque es el lugar donde se me cargan las baterías, donde tengo calor, donde puedo dormir la siesta, donde tengo el ritmo tropical como a mí me gusta, como lo siento aquí en Paraguay, me siento en mi casa cada vez que vengo y estoy lejos de ese hormiguero pateado que es Buenos Aires. - ¿Y de Juan Manuel Marcos, tu amigo, qué se hizo? - Hace mucho no lo veo. No sé en qué anda. - ¿Se pelearon? - Nooooo. Yo no me peleo con la gente. Espero que él no esté peleado conmigo. La última vez que nos vimos fue ya hace muchos años, a principios del dos mil la Universidad del Norte nos nombró Profesores Honorarios a Augusto Roa Bastos, a Doris Summer de Harvard y a mí, eso fue una cosa muy honrosa, muy honorable. La última vez que nos vimos fue un encuentro en la casa de Agusto. ¿Pero Augusto en qué año murió? - En el 2005. - Esto debió ser en el 2002/2003, capaz. Después yo no he venido al Paraguay en los últimos años. - Ahora, tenés una fundación también. - Sí, tengo una fundación. - No es una fundición.
Hugo Gamarra, del Festival de Cine, y Mempo Giardinelli en el encuentro celebrado el martes en Fausto Cultural.
- Y a veces tengo miedo que sea una fundición, porque yo no soy un hombre de fortuna y tengo que andar pidiendo plata para las cosas que hacemos, pero venimos bien. Es una ONG sin fines de lucro, muy modesta, chiquita, provinciana. Trabajamos en la difusión de la lectura, nos importa mucho la cuestión de la lectura, el fomento de la misma, y tenemos una serie de actividades literarias. Tenemos mucho prestigio. Estoy muy orgulloso porque me acompaña un grupo grande de gente, pero es una acción puramente local. - ¿Dónde se puede ver información sobre la fundación? - Es muy fácil. En nuestra página web que es www.fundaciónmempogiardinelli.org.ar Pero si uno simplemente en google pone fundación mempo ya aparece todo. detone@abc.com.py